La Virgen que no pudo reinar
Único vestigio del antiguo despoblado de Agejas, o Hacejas, su altiva iglesia exhibe su ruina a escasa distancia de la localidad de Cabañas de Polendos, de la que en un tiempo dependió. Una estampa de postal que preside un valle de cuento, un cerro que domina una amplia dehesa, un río encañonado tapizado por su vegetación de ribera y más allá, la inmensidad de las tierras de labor.
La Virgen de Agejas es una ruina relativamente bien conservada, si la comparamos con la mayoría de las que pueblan nuestra geografía, y es, además, una ruina con un encanto especial: Construida entre los siglos XII y XIII, mantiene aún sus cuatro altos muros perimetrales, si bien con derrumbes y peligrosas grietas. Su nave está rematada por un ábside circular incompleto y, en su flanco opuesto, por una espadaña que nos recuerda a su vecina San Medel; una cruz en su entrada y un crucifijo en el interior nos recuerdan que una vez fue lugar de adoración y respeto.
Tanto su puerta de ingreso como los vanos y la espadaña fueron acabados en ladrillo: una pequeña iglesia de sencilla fábrica de calicanto y ladrillo para un humilde pueblo desaparecido, en un paraje de gran belleza natural.
Hacejas o Agejas fue desde su origen, en tiempos de la repoblación, una aldea muy pequeña, que se mantuvo en pie hasta ya entrado el siglo XIX y debió desaparecer a consecuencia de las guerras carlistas, "por las molestias que les ocasionaba (a los vecinos) el contínuo paso de tropas." De hecho sus restos aún son visibles desde la misma carretera que une La Higuera con Cabañas de Polendos.
Justo enfrente del despoblado, corto un camino flanqueado por álamos nos lleva al arroyo Polendos, que una vez sobrepasado nos permite la primera visión de la que fue su iglesia.
Esta, construida sobre una pequeña loma, sigue presidiendo, en medio de un encinar, el pequeño cañón que forma el río en esta zona segoviana. De pequeña iglesia pasó a gran ermita; de ermita pasó a ruina... una historia repetida hasta la saciedad a lo largo y ancho de esta provincia.
No descartes un paseo por la zona: Sabinares, encinares y vegetación de ribera te acompañarán en un paseo amable a pocos kilómetros de Segovia. Además de la ermita y el despoblado de Agejas, descubrirás Quintanar, una finca ganadera de toros bravos, lugar del antiguo despoblado de Quintanar de Polendos, que guarda una pequeña joya románica, ahora consolidada, que podrás atisbar desde la carretera que, desde Segovia, lleva a Cabañas de Polendos: Nuestra Señora de los Dolores.
Una ruta en bicicleta por la zona tampoco te defraudará. El valle del Polendos, un estrecho cañón de corto recorrido solo puede recorrerse por la pequeña carretera que une La Higuera y Cabañas de Polendos, como te indica mi ruta.