La ermita de las ánimas
El Duratón camina ya hacia su final, el Duero, en Peñafiel, pero todavía no estamos en tierras vallisoletanas. Nos encontramos en Laguna de Contreras, una joya perdida en los confines de la provincia; más vallisoletana que segoviana, la población encierra más de una sorpresa en un paraje natural amable y atrayente.
En Laguna de Contreras, caserío ya asentado en el siglo XII, la fortaleza no ocupaba el cerro que protege la localidad; estaba en la parte más baja de la misma, junto con su capilla románica, conocida como la ermita de las ánimas, próxima al arroyo de la Hoz, que atraviesa el pueblecito. Se trata del llamado palacio de los Contreras.
Los restos de la nave de su iglesia están en la actualidad soterrados pero aún son visibles, al lado de la iglesia parroquial; son las ruinas almenadas del palacio de los Condes de Contreras, y parte de la cabecera de una capilla con un arco triunfal apuntado, que anuncia ya el gótico.
La Junta de Castilla y León ha anunciado en 2021 la consolidación de las ruinas de la capilla integrada dentro del conjunto palaciego.
Un buen recorrido senderista por la zona no defraudará tus expectativas.
Puedes hacerlo circular desde la iglesia parroquial de Laguna de Contreras, pasar por el barranco de los Colmenares y continuar hasta la presa del Duratón para volver después al pueblo.