San Juan, el fantasma de Linares
A veces, en periodos de sequía, puede visitarse el interior de este templo sumergido, con su sobria cabecera y su doble arco triunfal, curiosamente apuntado. San Juan, que resistió desde el siglo XIII el azote del viento y el frío del invierno segoviano, cumplió su ciclo vital para pasar a ese olvido selectivo que los embalses nos ofrecen, pero sigue resistiéndose a dar carpetazo a su historia.
El embalse de Linares es parte del Parque Natural de las Hoces del río Riaza. Esta zona del nordeste de la provincia de Segovia posee un gran valor ecológico. Es un importante habitat del buitre leonado y otras veinte especies de aves.
Intentando buscar la luz, una iglesia románica, San Juan Bautista, construida en la parte más alta del pueblo sumergido, emerge de las aguas. Su pequeño tamaño y la austeridad de su fábrica nos devuelven a la época del Císter. Era la iglesia parroquial de Linares del Arroyo, el pueblo desaparecido, datada en el siglo XIII.
Su estrecha y única nave mantiene a duras penas en pie sus muros de mampostería y un pequeño ábside muestra las heridas que los distintos niveles del agua de años y años, desde mediados del pasado siglo, han producido; ahora se ha convertido en un verdadero estudio estadístico en piedra de lluvias y sequías.
Restos de su espadaña en granito se hacen hueco a través de la alameda que sigue alimentándose del agua embalsada. En su parte superior, una fila de sencillos canecillos es aún observable a simple vista.
¿QUIERES CONOCER LA HISTORIA DE LINARES DEL ARROYO? La trayectoria de este antiguo pueblecito segoviano no te llevará mucho tiempo y ¡Seguro que algún dato te va a sorprender!
CÓMO LLEGAR: Si te preguntas si se puede visitar este pueblo sumergido la respuesta es afirmativa, pero con ciertas salvedades. Para empezar, hay que esperar a que el nivel del embalse esté muy bajo y eso no ocurre todos los años pero, en cualquier caso, deberá ser después del estiaje, entre finales de agosto y principios de septiembre. Hay varias formas de llegar; puedes hacerlo en bicicleta desde Maderuelo, tomando un camino que bordea el embalse desde su lado izquierdo, antes de pasar el puente o puedes atravesar caminando por la parte trasera de la presa (no puede accederse a la misma) sorteando algún que otro monte. Si prefieres agua, una canoa te permitirá llegar hasta las mismas ruinas. Cualquiera de estas tres posibilidades supone una experiencia única y emocionante.