Pociagüe, un ejemplo de patrimonio despreciado
Casi casi en la provincia de Valladolid, nos encontramos con el despoblado de Pociagüe, a cinco kilómetros de Escarabajosa de Cuéllar y tres de Bahabón. No hemos sentido mayor desolación al contemplar los restos de un templo medieval totalmente arrasado y desvirtuado por la mano del hombre. Pociagüe es un ejemplo claro del mayor desprecio por el patrimonio histórico.
Poz Yagüe el Mayor, o el Pozo de Yagüe, era el topónimo por el que se conocía a este ahora despoblado en el siglo XIII. La gente del lugar siempre lo conoció como Pociagüe el grande, para diferenciarlo de otra localidad aún más pequeña, Pociagüillo, o Pociagüe el chico, dependiente del cercano Lovingos. Pociagüe estaba en el término de Escarabajosa de Cuéllar, ahora anejado a la villa de Cuéllar.
Lo único que queda de esta aldea, que se despobló a principios del siglo XVII, son los restos de su iglesia: un edificio casi completo, de planta rectangular, con un sencillo ábside en piedra caliza y parte de sus muros perimetrales aún en pie, que sigue conservando, a pesar de todo, su bóveda y el comienzo de su espadaña.
Ni siquiera conocemos su advocación y sentimos no poder entrar en la ruina pues es propiedad privada; debemos conformarnos con ver su exterior, al que se unen desgraciadamente varios edificios de posterior construcción: un almacén, una tolva, un taller de herramientas e incluso la caseta del perro, todo en materiales de ínfima calidad, que hacen de la ruina quizás la más triste y patética de la provincia.
Podemos aprovechar para recorrer la zona en bicicleta, al tratarse de una zona llana de campos de cultivo y algún pinar. Para ello podemos salir de cualquiera de los pueblecitos que rodean Cuéllar.
Elegimos Escarabajosa de Cuéllar, donde aprovechamos para visitar su iglesia y su calvario y desde allí nos ponemos en marcha.
Las mejores épocas, la primavera y el otoño.