segoviaenminusculas

Frutos, Engracia y Valentín: Palabras mayores...

Carrascal del Río  es  una de las puertas de acceso al magnífico Parque natural de las hoces del río Duratón y también fue tierra de santos ermitaños. Allí  dicen que San Frutos, el patrón de la diócesis de Segovia y sus hermanos, eremitas  y santos como él, Engracia y Valentín, pasaron parte de su vida en inmensa soledad. Cuenta la tradición que los tres hermanos abandonaron su ciudad y repartieron sus bienes entre los más necesitados para vivir y orar en las abruptas hoces que el río Duratón dibuja a su paso por su término, en la comunidad de Sepúlveda.

Mucho se ha escrito sobre el Parque Natural de las hoces del río Duratón y sobre el Priorato de San Frutos. No puede añadirse mucho más y el tema no deja apenas espacio a lo original, a lo novedoso. Sobran las palabras cuando hablamos de las hoces; el mejor reclamo es verlas y sentirlas. ¿No lo crees?

San Frutos

San Frutos y sus hermanos vivieron en la Segovia del siglo VII y, de su paso por el Duratón, surgió un eremitorio singular que marcó carácter en una zona abrupta, llena de cuevas, abrigos y solapos, flanqueada por farallones inaccesibles y constantemente sobrevolada por buitres leonados. 

Con el tiempo, en la Alta Edad Media, un priorato benedictino fue allí construido para perpetuar la memoria del Santo anacoreta. Lo que queda de él, así como los lugares donde la tradición situaba las cuevas donde se refugiaron Frutos y sus hermanos, sigue allí: Frutos en la parte más alta de un meandro casi imposible, Valentín a media ladera y Engracia en la parte baja, más cercana al río Duratón.

Del Priorato de San Frutos aún queda en pie, y en bastante buen estado, su iglesia, ejemplo del primitivo románico sepulvedano. Sus muros y sus ruinas encierran arte, historia, naturaleza y leyendas en un paisaje espectacular. 

Sin embargo, no es esto lo que asombra al caminante, pues sólo a pie debe llegarse hasta allí; el monasterio se erigió sobre un enorme peñasco a gran altura en forma de península, rodeado casi  enteramente por el río. El Duratón hizo allí maravillas, cavando paredones calizos de más de cien metros de altura que hacen el lugar casi inaccesible. Un pequeño gran cañón en la meseta castellana. 

Imágenes del lugar han recorrido más de medio mundo y su indudable atractivo atrae a gentes de todas partes, pero muchos ignoran qué hay más

Las viviendas-cueva de Santa Engracia y San Valentín son ciertamente más desconocidas. Como con todas las ruinas, se impone un ejercicio de imaginación, pero, sobre todo, es el escenario donde se ubican, y del que forman parte, lo que las hace ser diferentes y sin duda únicas. No es fácil llegar a ellas pero un recorrido fluvial y unos buenos prismáticos permitirán descubrirlas a los ojos curiosos.

La Cueva de San Valentín, no lejos del Priorato de San Frutos, ha perdido desgraciadamente su techumbre natural en roca que, según documentación conservada del Priorato, exhibió una vez  grafías de peregrinos datadas en el siglo XI. 

Parece documentada en esa época la existencia de peregrinaciones a ese lugar, considerado como sagrado, lo que atrajo a multitud de fieles, incluso en tiempos de la invasión árabe. A ella podía accederse por un pronunciado pasillo excavado en la roca del farallón rocoso que se eleva en altura del Duratón.

Por su parte, Santa Engracia se recluyó mucho más abajo, casi al borde del entonces río, y ahora embalse de Burgomillodo. 

La cueva del Batán, como se la denomina, es la que la tradición atribuye su vivienda y sólo es accesible por vía fluvial; se reconoce perfectamente por la estructura construida en su interior.

SAN FRUTOS DEL DURATÓN Y SU ENTORNO ES UNO DE LOS MÁS HERMOSOS PAISAJES DE LA PROVINCIA

A pesar de que casi todo está ya dicho sobre el paraje de estos santos ermitaños que supera anualmente más de 200.000 visitas, valga este pequeño recuerdo y una ruta recomendada  para los pocos que aún no hayan sucumbido al encanto de la zona.

La opción canoa es otra posibilidad no despreciable; con ella se puede realizar la ruta de las tres ermitas desde Sebúlcor con cualquiera de las empresas que operan en la zona: Reconoceremos la de Santa Engracia en primer término; después nos sorprenderá la visión del Priorato de San Frutos y al rodear la península sobre la que se encuentra aparecerán a nuestra vista las ruinas de la ermita de San Valentín


¿QUIERES REGRESAR AL MAPA PRINCIPAL?

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar