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A la sombra de San Pedro

La iglesia  de San Pedro pudo, como tantas y tantas otras, haber sido la parroquia de un pequeño despoblado medieval de nombre incierto y totalmente desaparecido. Sencilla, como casi todas, y en ruina, como la mayoría.

Pero su paisaje, armónico, en el que está integrada ya la ruina, habla por ella. Hoy hemos salido de El Cubillo por la senda que lleva a Valdevacas y Guijar, término en el cual se encuentra, y hemos descubierto los frutales del valle, el sabinar e incluso hemos disfrutado, al volver, de la sencilla carretera flanqueada por los álamos del arroyo de la Matilla.

San Pedro sólo conserva tres de sus muros perimetrales, en calicanto, algunos desgraciadamente deteriorados por pintadas, y un atisbo de portada, como casi siempre orientada al sur, cuyos capiteles y arquivoltas quizás sirvieran para adorno de otro templo, pero nos parece más plausible que fueran vandalizados o expoliados. Su presbiterio se mantiene a duras penas, su ábside semicircular se ha perdido y toda la ruina da sensación de extrema fragilidad.


Es fácil toparse con San Pedro, pero no lo es el llegar hasta allí, pues la ausencia de un camino hace complicado el acceso;podremos admirar, sin embargo, el hermoso enclave en que se halla el templo, a media ladera en una pronunciada loma. Para ello, basta seguir la bella carretera que une el Cubillo con Valdevacas y Guijar. Allí, casi a medio camino, nos encontraremos con el templo a nuestra derecha, en lo alto de  una pendiente pronunciada. 

DISFRUTA DE UN AGRADABLE PASEO ENTRE LAS POBLACIONES DE EL CUBILLO Y VALDEVACAS

Además de las ruinas de San Pedro, tanto el Cubillo como Valdevacas te ofrecerán multitud de sendas relajantes y dos  templos restaurados, ejemplos del románico rural segoviano. 


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