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Una isla entre cultivos

 Cuenta la tradición que Emeterius y Celedonius, legionarios romanos, fueron martirizados en Calahorra, por negarse a renunciar al cristianismo en época de Diocleciano. De hecho son los patronos de esa villa riojana, como riojanos fueron los repobladores de un pequeño pueblecito segoviano, al que bautizaron con el nombre del primero, Emeterius. Nosotros lo conocemos como San Medel, en término de Valseca.

San Emeterio o Santmeder, tal como figuraba en la Edad Media, evolucionó posiblemente a la forma que actualmente usamos, San Medel, que fue una pequeña localidad medieval que se fue despoblando poco a poco a partir del siglo XVI.

Las ruinas de la que fue su iglesia románica aún siguen en pie, a falta de un muro, como si se tratara de una isla rodeada por un mar amarillo. 

San Medel

De su elegante porte, en mampostería y caliza, sigue dando fe su hermosa espadaña, siempre visitada por cigüeñas y tres de sus muros.

El resto de San Medel está repartido en distintos lugares de la capital: la Casa de la Lectura en Segovia nos acoge con su hermosa puerta de ingreso, el alcázar guarda dos de sus capiteles y la Veracruz una de sus basas.

San Medel navega impertérrito entre cultivos, a pocos kilómetros de Segovia, en el término de Valseca, aunque vinculado sentimentalmente con la localidad de Bernuy de Porreros, la más cercana en distancia.

¿SABES QUÉ...?

San Medel no es sólo un ejemplo más de ruina de origen románico. Un detalle astronómico  nos hace pensar que se celebraba al santo de una forma casi casi científica que nos recuerda a alguna película de tesoros arqueológicos imposibles: Un pequeño orificio cuadrado en la fachada de San Medel orientado a la puesta de sol permite a éste colarse de lleno entre el trece y el veinte de marzo de cada año, coincidiendo con el llamado Octavario de San Medel, que se celebraba ya en tierras riojanas desde tiempos inmemoriales. ¿No es curioso?

LA CACERA DE SAN MEDEL, tan antigua como el templo de su nombre, esta cacera o pequeño canal artesanal es una conducción de agua que se construyó en la Edad Media para asegurar el regadío de las tierras de cultivo de la zona. Esta acequia, que toma sus aguas del río Pirón, cerca del llamado molino del Romo, fue  durante siglos la forma de riego de todas las tierras al norte de la capital segoviana. 

La cacera recorre un amplio espectro de pueblecitos que, además de naturaleza, conservan su historia plasmada en antiguos molinos, puentes, templos y ranchos de esquileo; una experiencia etnográfica en vivo y en directo que ha llegado a nuestros días en un recorrido sin complicaciones.

SAN MEDEL ESTÁ INCLUIDA EN LA LISTA ROJA DEL PATRIMONIO DE HISPANIA NOSTRA

Además de San Medel, cuyo recorrido se muestra a la derecha, otra ermita, documentada en las inmediaciones, sin advocación conocida, está completamente desaparecida.

Aún se dejan ver en la zona los restos escasos del antiguo molino que abastecía al antiguo despoblado de San Medel.

DISFRUTANDO DE LA NATURALEZA

No dejes de pasear por la zona. En bicicleta o caminando, un paseo desde Bernuy de Porreros a San Medel es una experiencia relajante. San Medel navega entre cultivos, por lo que te será complicado acercarte a la ruina  en ciertos periodos del año, pero su estampa, desamparada aunque siempre hermosa, merecerá el pequeño recorrido. Si prefieres prolongar un poco tu jornada, aquí te propongo alguna de mis rutas:

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