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Herreros, el despoblado olvidado

La aldea medieval de Herreros, o Ferreros, deja bien claro en su topónimo la principal ocupación laboral del lugar. Estaba a menos de tres kilómetros de Otero de Herreros, la localidad que la reemplazó, conservando en la herencia su apellido. Herreros declinó en la Edad Moderna, aunque  una venta, la venta de Herreros, permaneció al menos en el lugar hasta mediados del siglo XIX. Ahora es tan solo un paisaje solitario y  un poco fantasmal.


Herreros

"...A dos kilómetros hacia el sudoeste de Otero de Herreros se asentaba la aldea de Ferreros , a la que llegó Juan Ruiz con sol temprano. De ella no quedan más que los desbaratados muros de la iglesia románica de San Pedro."

Así describía este lugar Carmen Bravo Villasante en su libro Rutas literarias por España. Las ruinas de Herreros, que ciertamente el mismo Arcipreste de Hita menciona en el Libro del Buen Amor, aún se alzan en un pequeño valle cerca de la desviación al camino que de Otero lleva a Valdeprados. Su abandono en el siglo XV se debió, al parecer, a las condiciones insalubres que presentaba, por estar situado al lado de un arroyo estacional que se secaba durante el verano, como consta en el libro del Marqués de Mondéjar "Noticias Genealógicas del Linaje de Segovia".

De su ausencia quedan, además de restos de viviendas, las ruinas de su templo románico, San Pedro,  aún deja ver sus paredones de calicanto arruinados; ya en el siglo XIX el historiador segoviano Carlos de Lecea describía la ruina como un conjunto de restos y cimientos, donde todavía afloraba algún que otro arco románico. Nada apenas queda ya, ni siquiera de la propia ruina.


La iglesia parroquial de Otero de Herreros fue construida incorporando elementos de otros templos, pero no se puede precisar si San Pedro fue uno de los donantes. Si ya estaba en decadencia en tiempos del Arcipreste, el tiempo parece haber borrado casi totalmente su rastro y el del poblado que lo vio nacer.

CÓMO LLEGAR: Un paseo por las tierras de Herreros no te defraudará. El paraje, de gran belleza natural, es un encinar, mezclado con quejigos y amplias zonas de pasto y aromáticas, surcado por dos arroyuelos estacionales, el arroyo del Zarzal y el del Quejigar. Para llegar a Herreros deberás sobrepasar el cementerio de Otero de Herreros y seguir recto por una pista bien mantenida que atraviesa la carretera SG-723.  Allí, una puerta marcará una hermosa senda que conducirá al despoblado.


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