La Santa Cruz
A menos de tres kilómetros de la villa de Fuentidueña, en dirección al cerro de San Blas, divisaremos las ruinas de la Santa Cruz, en tiempos iglesia de una aldea del mismo nombre. La aldea de Santa Cruz tardó en despoblarse, y, como tantas otras, lo hizo, esta vez en el siglo XVIII.
De su fábrica tan solo trozos de lienzo de sus muros se mantienen en pie, pero la ruina no deja de aportar un toque nostálgico al paisaje y deja aún imaginar su estructura, tan similar al resto, con su nave rectangular, su portada al sol y su espadaña, ahora ausente. Desde la planicie ondulada, hermosas vistas de la villa de Fuentidueña se ofrecen a nuestros ojos.
Entre las numerosas opciones en la naturaleza, algo más alejadas de la popular atracción del embalse de las Vencías, visitar la ruina se nos antoja una elección acertada.
Una fuente abovedada, usada como abrevadero para el ganado, hacía posible en tiempos la vida en la antigua aldea, convertida ahora en mirador de las murallas de la hermosa Fuentidueña, la villa casi en ruinas del noreste segoviano.
CÓMO LLEGAR: Para llegar a la iglesia de la Santa Cruz, deberás cruzar el Duratón y tomar el camino que, paralelo al río, se adentra en las tierras que rodean la villa. Unos dos kilómetros más adelante verás un camino agrícola bien trazado a tu derecha desde el que ya podrás contemplar la ruina. Si lo deseas, puedes hacer el recorrido en coche.
También puedes optar por continuar tu camino y tomar el sendero al Cerro de San Blas, que parte de la misma villa y nos permitirá recorrer un amable camino en un tupido encinar que nos hará disfrutar de la mágica variedad de paisajes de la provincia de Segovia: las tierras blancas y cañones de Fuentidueña, el telón de fondo de Somosierra, el mar de pinares del Noroeste, la masa de agua del embalse de las Vencías y hasta los viñedos de la ribera del Duero.